Con una punta fina se dibuja, teniendo en cuenta que el resultado será la imagen invertida, efecto reflejo, quedando lo de la derecha a la izquierda y a la inversa.
Después se puede pasar o no por el tórculo prensándolo, de forma que se marque además de los contornos dibujados, un fondo de mancha.
Basicamente, el dibujo es la huella del lápiz, la presión que se ejerce en el papel en su parte trasera
recogiendo la tinta de la plancha al realizar los distintos trazos.